Esta es la historia de un amor extraño. Bueno, en este mundo donde el amor tiene que enfrentar tantos preceptos, estigmas, límites y prejuicios era clasificado como extraño. Aunque hay que decir que, en la realidad, el amor siempre resultará extraño dada su fabulosa multiformeidad. De esta manera, este caso es sólo uno de sus matices.
En esta historia, te decía, lo encontramos a Él, que prestaba la atención debida a Ella y a Ella. Y las encontramos a ellas, que jamás lo celaron por la otra pero, eso sí, la regla era que sólo tres cabían en el juego. Gracias a esas travesuras maravillosas del destino, los horarios de los tres coincidían de tal manera que Él pudiera dedicarles tiempo por separado sin descuidar sus deberes sociales, es decir, trabajar para poder auto-mantenerse como el adulto que era. Había ocasiones en que los tres coincidían y entonces caminaban por la calle, cada una tomada de una mano de Él, mientras miradas curiosas y atónitas los seguían en su paseo. Ella y Ella se habían hecho muy buenas amigas, y para aquel entonces sabían perfectamente que compartían más que una agradable tarde en la terraza del café.Y no les molestó. Lo amaban tanto, cada una por su lado, que se sentían profundamente felices y maravilladas de que las colmara en amores y que además pudiera repetirlo sin que su propia relación se viera mancillada. Con el tiempo comprendieron la inevitabilidad del amor que Él sentía por cada una de ellas, y lo comprendieron tan bien que lo hicieron parte de sí. A partir de ese momento, los tres se vieron involucrados en un peculiar romance tripartito en donde las convencionalidades eran el único estorbo. Por eso las hicieron bolita y después de jugar un rato al futbol con ellas, las aventaron al olvido.
* Fotografía: Luck of summer rain by Lepiaf.geo
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